domingo, 20 de febrero de 2022

Chía: Origen y Principios activos

 

Chía: Origen y Principios activos


La mitad de los españoles presenta niveles altos de colesterol. De América Latina nos llegan las semillas de chía, que se presentan como una buena opción para el tratamiento natural de esta dolencia y rebajar el LDL.

Desde hace una década o poco más la chía está viviendo un resurgimiento. Su presencia está siendo bien notoria en muchos herbolarios y centros de dietética de América y de Europa, y muchos profesionales de la herboristería incluyen las semillas de chía en sus remedios mejor valorados para tratar afecciones tan frecuentes como el colesterol o el estreñimiento.


Cómo es y dónde se encuentra la chía


La chía Salvia hispánica es una planta anual, de la familia de las otras salvias, del tomillo o de la albahaca, las labiadas, de hasta el metro de alto, con las hojas opuestas, grandes y pilosas, de hasta 6 cm de largo, de forma ovalada, y flores blancas o purpúreas, reunidas en inflorescencias terminales. Florece durante el verano, entre junio y septiembre en el hemisferio norte, entre enero y marzo en el hemisferio sur. El fruto es un aquenio indehiscente –no se abre por la mitad–, que contiene en su interior numerosas semillas diminutas, esféricas y lustrosas, de apenas 2 mm de ancho, muy ricas en aceite y en mucílagos, como en seguida comprobarás. Son estas semillas su principal parte medicinal, pero también se cosechan las hojas y las flores, moderadamente fragantes.

La chía es nativa del centro de México, hasta Guatemala y Nicaragua por el sur, donde sobrevive de forma natural en zonas montañosas aisladas de los tres países. Se cultiva sobre suelos ligeros, con escasa humedad, como es lo propio de la mayoría de salvias. La zona de Jalisco, en México, es donde se encuentra el mayor centro de producción de esta planta, que se exporta a Europa, Norteamérica, Japón y la China, entre otros destinos. Se cultiva también en Guatemala y Nicaragua.

Orígenes de la chía y sus usos en la antigüedad


Los atributos medicinales y sobre todo nutritivos, de la chía o salvia chian ya eran bien conocidos por el pueblo azteca mucho ante de la llegada de los españoles al continente americano. Como nos cuenta el fraile franciscano del siglo XVI Bernadino de Sahagún en su afamado libro de crónicas ‘Historia general de las cosas en la Nueva España’, las semillas de chía ya eran consideradas un tesoro, y como tal se ofrendaban a la diosa del maíz y la fertilidad Chicomecoatl. Se solía agasajar a los guerreros aztecas con bolsas de semillas de chía como recompensa por sus hazañas bélicas y a sus viudas por su pérdida en los campos de batalla. Durante mucho tiempo la chía y otras pocas plantas el entorno era el único recurso con el que aquellas poblaciones contaban para encarar las enfermedades.

Se cultivaban diversas variedades de esta salvia, que una vez cosechadas, se dejaban secar, se tostaban y molían, para después obtener de ellas una harina densa conocida como chianpinolli, con la cual se elaboraban diferentes productos de consumo habitual, como panes, tortas, sopas e incluso aguardientes, como el chianatole o atole de chía.

Las semillas de chía se usan en cocina combinándolas con 
frutas y bebidas lácteas que aportan gran cantidad de nutrientes.

Con la llegada de los europeos y la rápida y traumática transformación social que sufrió la sociedad precolombina, el uso de la chía quedó un poco en el olvido. Quedó como un cultivo relicto, con una reducida distribución, que se mantuvo en algunas áreas rurales de México y Guatemala.

Principios activos de la chía


Las semillas de chía están consideradas una de las mejores fuentes de ácidos Omega 3 que nos brinda la naturaleza, comparable al lino o a la onagra, y ello explica la fuerte demanda que ha experimentado en los últimos años.

En su composición nutricional destaca su alto porcentaje en grasas saludables y en fibra, que responde a este perfil:

Proteínas: 20% de su peso.
Fibra: 25%.
Lípidos: 34%, del que en un 70% corresponde a ácidos grasos insaturados.

Entre sus principios activos, destacan:

Ácidos grasos poliinsaturados, del tipo Omega 3, como el ácido alfa-linolénico.
Mucílagos.
Polifenoles, con acción antioxidante.
Vitaminas A, C y grupo B.
Sales minerales, en especial fósforo, calcio, magnesio, potasio, cinc y cobre.

Entre los muchos beneficios de la chía está su poder contra el colesterol LDL.

Beneficios de la chía e indicaciones para la salud


La chía se revela como un gran recurso de herbolario para combatir el colesterol alto y para prevenir las infecciones. Se comporta como antiinflamatoria, hipolipemiante, hipotensiva, tónico cardíaco, antioxidante, laxante, demulcente, digestiva, depurativa, vitamínica y remineralizante.

Las principales indicaciones de las semillas de chía para la salud son las que te exponemos a continuación:

Como aporte importante de ácidos Omega 3, destaca por su valor como protector cardiovascular. Estos ácidos contribuyen a disminuir la viscosidad sanguínea y la agregación plaquetaria.

Se destina a reducir los niveles de colesterol LDL y de triglicéridos en sangre y a prevenir los accidentes vasculares. Disminuye las lipoproteínas LDL (colesterol malo) y aumenta las HDL (colesterol bueno).

La chía supone un apoyo para controlar la tensión arterial y para mantenerla en niveles normales.

Se le atribuye un ligero efecto hipoglucemiante y se ha indicado como complemento dietético para diabéticos.

Por su alto contenido en mucílagos, supone un recurso de primer orden para regular el tránsito intestinal y para combatir el estreñimiento, sea puntual o crónico. Presenta una gran capacidad para absorber agua, aumenta el bolo fecal y facilita la evacuación sin mayores problemas.

Por su efecto demulcente y antiinflamatorio, se indica en caso de irritación gástrica, gastritis y cólicos.

Se ha indicado la chía para el tratamiento de la diverticulosis, ya que los mucílagos, al contacto con el agua, forman un gel viscoso, que no sólo ayuda a evacuar, también pueden contribuir a reducir las bolsas de las paredes del intestino o divertículos.

Ejerce un suave efecto diurético y depurativo, ayuda a prevenir la retención de líquidos y las infecciones en las vías urinarias, como la cistitis.

Se considera coadyuvante en tratamientos para perder peso. La toma de semillas de chía, dejadas en reposo en agua, te aportan una clara sensación de saciedad al ingerirlas, que te invitará a dejar de comer.

Por su valor proteico, comparable al de algunas legumbres, se ha destinado a dar apoyo en dietas vegetarianas.

Gracias a su aporte vitamínico la salvia hispánica es útil en situaciones de fatiga y debilidad.

Te ayudará a aumentar la vitalidad y la capacidad de resistencia.

Se le atribuyen virtudes antioxidantes (vitamina C), útiles para defendernos de la acción de los radicales libres y para prevenir el acceso de infecciones.

Es también un buen aporte de calcio en la dieta, lo que favorece el fortalecimiento de los huesos y las articulaciones, y se ha señalado como un agente válido para prevenir la osteoporosis.

La presencia de omega 3 explica también su fuerza para ayudarte a prevenir el envejecimiento cutáneo, las arrugas, las uñas quebradizas y la piel seca y descamada.

A nivel externo, por su efecto antiinflamatorio y demulcente, se muestra útil en el tratamiento de dermatitis y reacciones alérgicas en la piel.

Actúa como un agente antiinflamatorio notable, útil como apoyo adicional para aliviar el dolor artrítico en enfermedades inflamatorias crónicas como la artritis reumatoide y la artrosis.

Se asocia a plantas digestivas y carminativas para favorecer la digestión y eliminar la sensación de empache.

La harina de las semillas de chía, al no contener gluten, es apta para personas celíacas.

Las hojas, por vía tópica, se han usado como analgésico local, sobre golpes, contusiones, calambres, dolores musculares y neurálgicos.


La semilla de chía es perfecta para añadirla a postres y a ensaladas.

Cómo se toma la chía: fórmulas herbarias y precauciones


Las semillas de chía se prestan a una cierta variedad de presentaciones, que te permite elegir en función de tus necesidades y preferencias:

Semillas crudas, espolvoreadas sobre la ensalada, en el yogur o sobre pasteles y sorbetes.

Las semillas molidas, como el café, para tomar a cucharadas. Mantiene toda su fuerza en fibra.

El gel que obtendrás manteniendo una cierta cantidad de semillas de chía en remojo en agua previamente hervida. Las semillas absorben el líquido y liberan el mucílago. Este gel lo puedes tomar tal cual, o mezclado en zumo de frutas o en el yogur.

El aceite de chía, obtenido por presión en frío, utilizado sobre todo en uso tópico por sus virtudes cosméticas y reparadoras.

El agua de chía, como una bebida refrescante, muy apreciada en México.

Precauciones con el consumo de semillas de chía


No se conocen casos graves de efectos secundarios por el uso de chía o la toma de sus semillas, en dosis razonables. No obstante sí que hay ciertos aspectos que debes tener en cuenta a la hora de consumirla con seguridad:

Si estás embarazada, la toma de chía como laxante debe estar supervisada por tu médico de confianza.

En caso de hipertensión, colesterol y diabetes, sobre todo si se está siguiendo un tratamiento clínico, se debe proceder a un control estricto a fin de evitar descompensaciones. Las semillas de chía podrían potenciar el efecto de estos medicamentos.

No se aconseja la toma chía antes de una intervención quirúrgica, o cuanto menos en cantidades altas.

Algunas personas pueden mostrar rechazo o reacción alérgica a las semillas de chía muy mucilaginosas, como sucede también con muchos frutos secos y oleaginosos.


Fórmulas herbarias con chía


Te proponemos, como ejemplo, algunas fórmulas herbarias y recetas que contienen chía y que te puedes preparar tú mismo o encargar en tu herbolario de confianza para combatir diversas molestias o afecciones:

Bebida de chía fresca para la debilidad y contra la sed

Ingredientes:

Una taza de semillas crudas de chía, la mitad de zumo de limón, un litro de agua, una cucharada de azúcar moreno, una hoja de menta.


Preparación:

Dejas en remojo las semillas de chía en agua durante 3 o 4 horas, para darle tiempo a expulsar el mucílago. Una vez conseguido, le añades el agua, el zumo de limón y el azúcar, y remueves bien. Lo dejas reposar en la nevera toda la noche. Al día siguiente, le incorporas la hoja de menta para dar sabor.

Dosis:

Lo puedes beber a pasto, durante el día, sobre todo si necesitas calmar la sed.


Fórmula con chía para el estreñimiento

Ingredientes:

Semillas de chía en gel (el mucílago), zaragatona, lino e ispágula


Preparación:

Remojas las semillas de chía 3 horas, una vez tienes el gel, lo incorporas a la decocción –ya filtrada– de una cucharada sopera rasa de la mezcla a partes iguales de zaragatona, lino e ispágula. Remueves bien y le añades estevia o zumo de limón para mejorar el sabor.

Dosis:

Puedes ir bebiendo durante el día, pero recuerda que es una fórmula con un alto valor laxante. Acompaña de un consumo generoso de agua.


La chía se puede utilizar como sustituto del huevo.

Usos de la chía en la cocina


Puedes encontrar semillas de chía en tu herbolario, establecimiento de dietética y en muchos supermercados. Sus beneficios, de cara sobre todo a la reducción del colesterol o el control del estreñimiento la han puesto de moda en los estantes de numerosos establecimientos.

Pero antes incluso que una planta medicinal, la chía es un recurso alimentario, que tuvo una gran importancia en la América precolombina. Aún hoy día se elaboran harinas, purés, panes y bebidas con ella, y se han empleado como espesante natural. Los veganos aprovechan la chía como un sustituto del huevo en sus recetas.

Las semillas de chía se incorporan en el yogur o la leche, espolvoreadas sobre ensaladas, sopas, panes y pasteles. Y se integran en muy diferentes recetas, como las que te señalamos a continuación, rescatadas de internet y otras fuentes por si quieres buscar y probar a elaborarlas o degustarlas:


  1. Galletas de trigo con chía, 
  2. Galletas de avena, ciruela y chía, 
  3. Bizcochos de chía y fresones, 
  4. Sorbete de mandarina con semillas de chía, 
  5. Granadas con crema de chía, 
  6. Pudin vegano con chía e higos, 
  7. Pudin con leche de almendras y avellanas, frutos del bosque y chía, 
  8. Batido de plátano, piña y chía, con leche de almendras, 
  9. Batido de zanahorias, plátano, manzana y semillas de chía, 
  10. Horchata de chía con arroz y nueces, 
  11. Yogur con plátano, nueces y chía, 
  12. Cuscús con semillas de chía, 
  13. Ensalada con nueces y chía.
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