El
envejecimiento de la población, el sedentarismo y la obesidad han
multiplicado el número de diabéticos. Controlar los factores de riesgo
asociados a la diabetes mejora la esperanza de vida de los afectados.
La diabetes es una enfermedad que se caracteriza por una elevación de los niveles de glucemia (azúcar) en la sangre. Si esos niveles son muy altos (hiperglucemia) o muy bajos (hipoglucemia) pueden dar lugar a complicaciones agudas que hay que tratar de resolver de forma rápida. Y es que, los niveles de glucemia elevados y mantenidos durante mucho tiempo provocan daño en las arterias de todo el cuerpo, y a largo plazo deterioran y alteran diversos órganos, especialmente ojos, riñones, pies, nervios, corazón y otros vasos sanguíneos.
La insulina es una hormona producida por el páncreas, cuya función es ayudar a que la glucosa obtenida de los alimentos penetre en las células para que el organismo pueda usarla como energía. Sin embargo, en las personas diabéticas, el páncreas no es capaz de producir insulina, o bien no genera la suficiente o es capaz de usarla de forma adecuada, por lo que la glucosa no llega a las células y se acumula en la sangre.
Prevalencia de la diabetes
En las últimas tres décadas se ha producido un aumento en la prevalencia de la diabetes tipo 2 en todo el mundo. Un informe de la OMS estimó que uno de cada 11 habitantes del planeta (más de 422 millones de personas) padecían esta enfermedad en 2014, sobre todo en países de bajos y medios ingresos, donde residen tres de cada cuatro afectados, según indican los datos del Atlas de la International Diabetes Federation (IDF), cuya última edición (2019) señala que ya hay 463 millones de adultos con diabetes, una cifra que se ha triplicado en los últimos 20 años y que podría llegar a los 578 millones en 2030, y a los 700 millones en 2045.
Esta situación, además, provoca alrededor de 1,5 millones de muertes anuales, la mayor parte de ellas por enfermedades cardiovasculares asociadas a la diabetes, una cifra que se eleva a los 3,7 millones si se suman las defunciones relacionadas con la hiperglucemia. En España, por ejemplo, se estima que la padece entre el 10% y el 13,8% de la población, y un 14,8% está en una situación de prediabetes. Cerca de 400.000 personas desarrollan diabetes cada año en nuestro país, según datos del estudio di@bet.es.
De hecho, la diabetes es la principal causa de ceguera, amputación, enfermedad cardíaca, fallo renal y muerte prematura, y la IDF advierte que en 2019 morirán unos 4,2 millones de adultos en el mundo debido a la diabetes o sus complicaiones, lo que equivale a una persona fallecida cada ocho segundos. En España mueren por su causa alrededor de 25.000 personas cada año, según Andoni Lorenzo, presidente de la Federación Española de Diabetes (FEDE). Sin embargo, desde la IDF aseguran que aproximadamente en el 50% de los casos la diabetes tipo 2 se puede prevenir.
Tipos de diabetes
En la actualidad, se reconocen cuatro tipos de diabetes: la de tipo 1 y la de tipo 2 son las más comunes, aunque también es frecuente verla en embarazadas, así como algunos otros tipos específicos:
Diabetes tipo 1: el páncreas no es capaz de producir insulina, ya que el sistema inmune destruye las células páncreaticas (beta) encargadas de ello. Es típica en edades tempranas de la vida, generalmente antes de los 30-40 años, de ahí que también se conozca como diabetes juvenil. En su tratamiento suele necesitar casi siempre insulina. Actualmente, y según datos de la International Diabetes Federation, 1,1 millones de niños y adolescentes menores de 20 años tienen diabetes tipo 1.
Diabetes tipo 2: es la más frecuente, en ella el organismo no produce suficiente insulina o las células no la usan como deben (resistencia a la insulina). Generalmente se da en personas obesas, que llevan una vida sedentaria, y de edad más avanzada. No siempre necesita insulina para su tratamiento, sobre todo en las fases tempranas de la enfermedad, y puede controlarse con dieta y fármacos antidiabéticos.
Diabetes gestacional: el embarazo es una situación que favorece el mal control del azúcar en sangre y que puede derivar en una diabetes gestacional. Por esta razón, aproximadamente en la semana 28 de gestación se realiza un test especial a todas las embarazadas, para valorar si existe diabetes. Aunque en general se retorna al estado no diabético tras el embarazo, se genera un riesgo a padecer una diabetes franca al cabo de los años.
Otros tipos específicos de diabetes: aquellas provocadas por algunos defectos genéticos de las células beta, defectos genéticos en la acción de la insulina, enfermedades de la función exocrina del páncreas como la fibrosis quística, y aquella secundaria al uso de algunos medicamentos.
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