domingo, 15 de diciembre de 2019

Qué comer para sentirse feliz

La despensa de la felicidad: qué comer y cómo hacerlo.

Nutrir tu despensa con alimentos adecuados, mantener buenos hábitos y tener una actitud óptima frente a la comida te ayudará a mejorar tu ánimo.

Una dieta saludable, realizar algo de ejercicio cada día, no beber alcohol, no fumar y mantener una actitud positiva frente a la vida son la mejor garantía para tener una vida emocional estable, superar los malos momentos con mayor facilidad y asegurarte un sueño reparador.


Dieta vegana para la felicidad

Está claro que no todo lo resolveremos con una despensa bien nutrida pero una dieta equilibrada te ayudará a promover un buen estado de ánimo.

Si tu objetivo es dejar atrás la tristeza no te pueden faltar estos alimentos:

Frutas

Todas son beneficiosas gracias a su alta concentración en antioxidantes.
Las cerezas ácidas aportan una dosis de melatonina, la hormona del descanso.

Verduras

Las verduras de hoja verde como lechugas, espinacas o canónigos son fuente de magnesio, que participa en la producción de dopamina, un neurotransmisor relacionado con la motivación y el deseo.

Proteínas

Legumbres como los garbanzos aportan diariamente la mayor parte del triptófano que necesitamos para sintetizar la serotonina, otro neurotransmisor relacionado con la felicidad.

Omega-3

Estos ácidos grasos ayudan a regular los niveles de serotonina.

Para obtenerlos, puedes consumir diariamente 4 o 5 nueces y 15 g de semillas de lino molidas.

Hábitos favorables

No solo una selección apropiada de alimentos te ayudará a afrontar el día con más felicidad, unos buenos hábitos también te beneficiarán.

Vitamina D

La vitamina D regula la conversión del triptófano en serotonina (The FASEB Journal, 2014) y su déficit podría traducirse en un peor estado de ánimo.

Puedes mantener buenos niveles de esta vitamina mediante la exposición solar y con suplementos, si los necesitas (previo análisis).

Así que cuantos más paseos al aire libre, ¡mejor!


Sin dulces

Realiza un consumo muy esporádico de dulces y alimentos ultraprocesados.
Te dan una “recompensa” a corto plazo pero a la larga castigan tu salud. Busca tu recompensa con buenos hábitos.

¿El chocolate te ayuda realmente?

Hay una sólida creencia popular que relaciona el chocolate con la capacidad de levantar el ánimo y consolar la tristeza. Pero ¿qué dice la ciencia?

Unos bombones o el chocolate con leche, cuyo contenido en cacao está en general por debajo del 40%, nunca sería una opción válida, ya que estamos hablando de productos que son prácticamente azúcar y grasa en su mayor parte.

El efecto positivo puede suceder solo con chocolates con un alto porcentaje de cacao, por encima del 80% de cacao, o bien con cacao puro, que es donde podemos encontrar una cantidad significativa de los compuestos bioactivos a los que se atribuye la mejora de ánimo del chocolate, los flavonoides.

El cacao contiene también teobromina, un estimulante del sistema nervioso central con efectos similares a los de la cafeína, que puede relacionarse con la sensación de mayor energía al comerlo.

Los investigadores dudan, sin embargo, sobre si los efectos positivos del ánimo se deben realmente a estas sustancias del cacao o al placer que produce el sabor y la situación agradable que envuelve su consumo (Nutrition Reviews, 2013). La relación causa y efecto puede no estar clara, pero los efectos gratificantes, sí.

Comer con conciencia aumenta el bienestar

Hay un factor relacionado con la comida que sabemos con certeza que aporta bienestar y estabilidad emocional a quienes lo practican, y no tiene que ver con ningún nutriente, ni con ninguna hormona: son las decisiones éticas relacionadas con la comida (y obviamente también con otros ámbitos de la vida).

La coherencia entre lo que elegimos comer y nuestros valores morales se relaciona con un buen estado anímico. Ser coherente te ayuda a tomar decisiones y a conducir tu vida con mayor seguridad.

En las personas vegetarianas, por ejemplo, hacer efectiva su opción dietética y adaptar la dieta que siguen a sus valores éticos repercute en que tengan mejor humor y menos estrés y ansiedad que los omnívoros (Nutritional Neuroscience, 2015), y también favorece un buen ánimo general (Nutritional Neuroscience, 2012).

Hay estudios también que relacionan el patrón dietético mediterráneo con una mejora del humor de los adultos que se adhieren a él (Nutrition, 2015).

Los estados ansiosos o depresivos se relacionan a menudo con el consumo de comida basura, aunque es difícil saber si la relación es causal o inversa; es decir, si a causa de la ansiedad o de la depresión se cae en ese tipo de comida que proporciona una respuesta hedonista rápida, o si es el consumo de esos alimentos uno de los factores que mantiene el problema psicológico.

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