domingo, 8 de marzo de 2020

Que la vacuna de la gripe no sea modelo para inspirarse en el tratamiento del coronavirus Covid-19

Con la crisis del coronavirus Covid-19 se habla mucho sobre que si es o no parecido a una gripe. Lo cierto es que el virus en sí no es el de la gripe, que es el de la influenza, sino otro tipo que comparte algunos elementos comunes. Lo que sí son parecidos son sus síntomas. Esta comparación se hace para tranquilizar al personal y es comprensible. Lo que me preocupa es que el discurso se simplifique tanto que pensemos que bueno, que como ocurre con la gripe ya sacarán una vacuna que «nos salve». Cometeríamos un error pues la vacuna de la gripe no es precisamente un ejemplo a seguir. Otras son útiles pero esta no.

El Instituto Nacional sobre el Envejecimiento del Reino Unido ha financiado un estudio para conocer el alcance real de la vacuna de la gripe. Se hizo con datos de millones de personas de 55 a 75 años de edad entre los años 2.000 y 2014, es decir un trabajo muy amplio y exhaustivo. ¿Su conclusión? La vacuna de la gripe NO tiene impacto en las hospitalizaciones y muertes por la enfermedad en ese rango de edad. Ya lo sabíamos pero ahí va un megaestudio más.

El asunto es preocupante porque llevamos años comentándolo. Uno de los principales incrementos significativos de la mortalidad acontecidos en España en los inviernos de los últimos años, en mayores de 64 años, fue detectado por los sistemas de monitorización de mortalidad español y europeo en la temporada 2011-2012, coincidiendo en el tiempo con una tardía temporada gripal, con predominio de virus A (H3N2) y una ola de bajas temperaturas.

La gripe pudo ser uno de los principales factores contribuyentes al exceso de mortalidad observado en el invierno de 2012 en Espana.

Por desgracia es algo recurrente. Hace muy poco que lo documentábamos de nuevo. Los datos tanto de la región de Madrid como de un sitio tan distante como Estados Unidos lo dejan patente, cada vez se aplican más dosis de la vacuna de la gripe pero sigue sumando la cifra de afectados por la enfermedad.

Y los trabajos realizados muestran que la mortalidad por ello no baja. Cabe plantearse entonces si será que la vacuna de la gripe es ineficaz.

Y es que los antecedentes en el estudio de la eficacia de la inmunización contra la gripe tiene unos antecedentes, como recuerdan los autores del trabajo que vamos a comentar. Los estudios de observación que utilizan diseños de investigación tradicionales sugieren que la vacunación contra la gripe reduce las hospitalizaciones y la mortalidad entre las personas mayores.

En consecuencia, las autoridades sanitarias de algunos países dan prioridad a la vacunación de esta población. Sin embargo,

existen dudas sobre la efectividad de esta política dado el potencial de sesgo y confusión en los datos de observación», explican los autores, que han publicado sus conclusiones en el Annals of Internal Medicine.

Por ello se marcaron como objetivo determinar la efectividad de la vacuna contra la influenza para reducir las hospitalizaciones y la mortalidad entre las personas de edad avanzada mediante el uso de un diseño de investigación observacional que reduce la posibilidad de sesgos y confusión.

Se aplicó un diseño de regresión discontinua al cambio brusco en la tasa de vacunación a los 65 años que resultó de una política de vacunación basada en la edad en el Reino Unido. En este diseño, las comparaciones se limitaron a individuos que estaban cerca del umbral de los 65 años y, por lo tanto, eran plausiblemente similares en la mayoría de las dimensiones, excepto la tasa de vacunación.
Los datos incluidos en el análisis correspondieron a 170 millones de episodios y 7,6 millones de muertes. Cumplir 65 años se asoció con un aumento estadísticamente y clínicamente significativo en la tasa de vacunación contra la gripe estacional. Sin embargo,

ninguna evidencia indicó que la vacunación redujera las hospitalizaciones o la mortalidad entre las personas mayores. Las estimaciones fueron lo suficientemente precisas como para descartar resultados de muchos estudios previos».

Pues así de claro. Y habrá quien argumente aún que el estudio se basó en datos de observación y su enfoque se limitó a las personas mayores de 65 años. En el caso de la epidemiología y la estadística, un estudio de observación permite extraer conclusiones sobre el posible efecto de un tratamiento en los participantes si la asignación de participantes a un grupo de tratamiento frente a un grupo de referencia está fuera del control del investigador. Por ello se consideran de una calidad inferior que otros con grupos de control.

Pero vamos que con las dimensiones del trabajo, la conclusión de estos investigadores es clara:

Las estrategias de vacunación actuales que priorizan a las personas de edad avanzada pueden ser menos efectivas de lo que se cree para reducir la morbilidad y mortalidad graves en esta población, lo que sugiere que pueden ser necesarias estrategias complementarias».

Y volviendo a la confusión que citaba al principio y como publicaba en el post Gobiernos y farmacéuticas aliados en una carrera sin igual por encontrar la vacuna del coronavirus Covid-19, Durante la pandemia de gripe A que nunca existió, entre 2009 y 2010, se puso en masa una vacuna llamada Pandemrix del laboratorio GlaxoSmithKline que causó 1.300 casos de narcolepsia (una enfermedad neurológica) como uno de los graves efectos secundarios de la misma.

Así que mejor no tener aspiraciones del pasado ni imitar errores que ya se cometieron.

Coronavirus comienza desde ya con los métodos prácticos de prevención



migueljara

No hay comentarios:

Publicar un comentario