El anterior
estratega de la elección de Trump en 2016, Steve Bannon, levanta la puja
contra China y considera que el "asesinato" de la empresa de
telecomunicaciones Huawei, a la que exige sacar del mercado de capitales
de EEUU, "es 10 veces más importante que conseguir un arreglo
comercial" con Pekín.
La guerra comercial de Trump contra China se ha agudizado de forma dramática con la prohibición de Google/Alphabet de usar su sistema operativo Android y Google Play a Huawei.
Si la extrema dureza de Trump contra China llama poderosamente la atención, las incendiarias declaraciones de Steve Bannon incitan a una guerra total contra Pekín en los ámbitos tecnológico y financiero/económico, que naturalmente rebasan el mero aspecto comercial de la guerra de tarifas impuestas por Trump desde hace un año.
Steve Bannon —que tuvo que salir de la Casa Blanca por sus ataques indiscretos contra la familia del presidente 45 en el libro 'Fuego y furia' de Michael Wolff— sabe mucho de finanzas por haber sido funcionario del omnipotente banco de inversiones Goldman Sachs de donde también proviene el secretario del Tesoro, el israelí-estadunidense Steve Mnuchin quien ha adoptado una postura más diplómática.
Bannon asevera que Trump no se detendrá con el exorcismo decretado contra Huawei mediante una 'orden ejecutiva', sino que contempla "planes para excluir a todas (sic) las empresas chinas de los mercados de capitales de EEUU".
En una entrevista exclusiva para South China Morning Post, con sede en Hong Kong y propiedad de Alibaba, Bannon fulminó que se trata de "un asunto de masiva seguridad nacional para Occidente " ya que Huawei "es una mayúscula amenaza a la seguridad nacional, no solo para EEUU, sino para el resto del mundo. Y vamos a obliterarla".
SCMP comenta que Bannon "no elaboró los supuestos riesgos específicos a la seguridad de los productos de Huawei" y refiere que Alemania tampoco ha encontrado "una evidencia dura para apoyar los alegatos de EEUU".
Bannon criticó el 'error' de Trump de haber levantado sanciones similares el pasado julio contra la empresa china de telecomunicaciones ZTE.
El ideólogo y estratega de Trump no oculta que el objetivo es librar una "guerra económica" contra China para obligar a Pekín a adoptar reformas fundamentales: "No pienso que esto se resuelva pronto. Es el inicio de un proceso duro y muy largo" y prometió presionar en forma "implacable".
Es obvio que las cantadas 'reformas fundamentales', que equivalen a una capitulación, no serán aceptadas por China.
Bannon coloca el 'tema China' como "central en la campaña de 2020" cuando augura sin tapujos la reelección de Trump. Y aún en el caso remoto de que perdiese, asevera que "un demócrata será tan duro con Pekín como Trump".
Sentencia que "la gente de Wall Street intenta proyectar el temor de que el mercado de valores colapsará si Trump no consigue un acuerdo comercial. Todo son mentiras".
Como que Bannon se contradice con sus amenazas financieras para expulsar a China de los mercados de capitales en EEUU cuando también arremete contra los "corporativistas de Wall Street" que han colaborado con la clase dirigente de China para preservar "un sistema inicuo" que daña los intereses de los trabajadores estadunidenses del cinturón industrial (Rust Belt) que fueron catalogados por Hillary Clinton como 'deplorables'.
Bannon oculta que parte del triunfo de Trump se debió también a la movilización supremacista de los WASP (White AngloSaxon Protestant: blancos protestantes anglosajones) en el Cinturón Bíblico (Bible Belt).
Hoy Bannon preside el ominoso Comité del Peligro Presente (Committee On The Present Danger), un grupo fascistoide de la Guerra Fría que combatió al comunismo y hoy tiene como objetivo luchar contra el Partido Comunista chino.
El anterior ideólogo de Trump, quien dice comunicarse con el presidente a través de "sus abogados" y no directamente, amenazó con las siguientes jugadas financieras para cortar de tajo las Ofertas Públicas Iniciales (IPOs, por sus siglas en inglés) —lanzamientos de acciones iniciales de las empresas chinas en Wall Street—, además de "cerrar todos los fondos de pensiones y las compañías de seguros de EEUU que proveen capitales al Partido Comunista Chino", lo cual provocará "un gran movimiento en Wall Street para restringir el acceso a las empresas chinas en los mercados de capitales hasta que acepten esta reforma fundamental".
Reconoce "estar más a la derecha que el presidente Trump" en el tema de China, y "se enorgullece de ello. De ser un superhalcón".
La dureza de Bannon es ilimitada, pero también puede ser teatral ante el esperado encuentro que tendrá Trump con el mandarín Xi —y también con el zar Vlady Putin, aunque no ha sido confirmado por el Kremlin— al margen de la disfuncional Cumbre del G20 en Osaka (Japón) el 28 y 29 de junio, donde no se puede eliminar la hipótesis de un arreglo del tipo 'ganar-ganar'.
No fue gratuita la selección de la entrevista de Bannon al portal chino SCMP con sede en Hong Kong para amedrentar directamente a la dirigencia china. El grave problema es que no da margen para negociación alguna al declarar la guerra tecnológica, financiera y económica contra China, lo cual puede sonar muy exuberante ya que China cuenta con varias armas en su arsenal de represalias que van desde la devaluación de su divisa, el yuan, pasando por la liquidación de sus bonos del Tesoro estadunidenses hasta su 'opción nuclear', así bautizada, de cesar la venta de los 'rare earth minerals' (minerales de tierras raras) tan vitales para los componentes militares modernos de EEUU.
No pasó nada desapercibida la visita del mandarín Xi Jinping, acompañado de Liu He, el vice primer ministro a cargo de las negociaciones comerciales con la contraparte estadunidense, a una empresa operativa de minerales de tierras raras en la ciudad de Ganzhou, en la provincia oriental de Jiangxi. Según el portal chino Global Times, "muchos han sugerido que China limite sus exportaciones de minerales de tierras raras a EEUU como una contramedida a la decisión de EEUU de asestar tarifas en bienes chinos y cortar el abasto de semiconductores a las empresas chinas".
Cabe señalar que China es el mayor productor del mundo de minerales de tierras raras —más del 90% del suministro global— que son vitales para productos avanzados desde los aviones hasta los semiconductores, lo cual puede perjudicar no solamente a EEUU, sino también a Japón.
Cabe señalar en forma significativa y conveniente que los minerales de tierras raras no han sido incluidos en la 'lista negra' del alza de las tarifas propinada por Trump.
La visita de Xi fue también simbólica ya que rindió homenaje a un monumento en Yudu (un barrio de Ganzhou) que marcó el inicio de la 'larga marcha' del Partido Comunista hace 85 años, lo cual puede significar que la dirigencia china está dispuesta a una nueva "larga marcha tecnológica y financiera" en su guerra comercial contra EEUU.
Pero a Bannon nada lo detiene y en una entrevista para Fox News, después de alardear del triunfo del 'nacionalismo económico', mezclado de la extrema derecha populista, en las elecciones para el Parlamento Europeo, desechó las represalias de China de prohibir las exportaciones de minerales de tierras raras y se burla de que Pekín lo haya nombrado su "principal enemigo público". Alfredo Jalife-Rahme
La televisión china CCTV calificó a Bannon de "verdadero enemigo de EEUU".
sputniknews
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