martes, 23 de abril de 2019

Cómo evitar accidentes infantiles en casa

Más de la mitad de los accidentes que sufren los niños menores de cinco años ocurren en el hogar. No subestimes la fuerza y la maña de tu hijo y convierte tu casa en una fortaleza 'a prueba de bebés' para evitar lesiones.

Peligros caseros para el bebé

Caídas, intoxicaciones, quemaduras… nuestra casa se ha convertido en una potencial fuente de peligro para nuestro bebé. Conviene revisar todas las habitaciones para descartar posibles trampas. Y es que la mayoría de los accidentes en menores de cinco años ocurren en el hogar. 

Peligros caseros para el bebé

Lo dicen las estadísticas: alrededor del 54% de los percances en niños menores de cinco años ocurre en casa. Enchufes, estufas, suelos que resbalan, aparatos eléctricos, escaleras y, sobre todo, productos tóxicos, ya que la principal causa de siniestralidad infantil dentro del hogar son las intoxicaciones, y prácticamente todas se producen de forma accidental con medicamentos, seguidos de cerca por los productos de limpieza, y un poco más lejos por cosméticos y productos del hogar, según datos del Instituto Nacional de Toxicología.


Alrededor del 54% de los percances en niños menores de cinco años ocurre en casa

De muy pequeños, los bebés se pueden caer o quemarse, y, a partir de los siete u ocho meses, cuando empiezan a gatear, su enorme curiosidad les llevará a convertirse en pequeños exploradores. Cada habitación de la casa puede contener algún elemento peligroso para ellos, incluso los que a priori nos puedan parecer inofensivos. Una buena manera de descubrir todo aquello que es necesario vigilar, cambiar, tapar o reforzar es poniéndose a cuatro patas y… ¡a gatear! Y es que la perspectiva cambia mucho cuando nos ponemos al nivel de nuestros retoños y sus manitas.

Otro consejo, jamás conviene subestimar la maña y la fuerza de un bebé o niño pequeño. Si están decididos, intentarán llegar, abrir o descubrir lo que se han propuesto. Dosificad pues vuestra atención en función de su desarrollo y habilidades. A veces, para apartarles de una fuente de riesgo muy atractiva para ellos –un enchufe, irresistible–, la única manera es ofrecerle algo que les distraiga.

Además, aseguraos de comprarle siempre productos y juguetes homologados y que cumplan estrictamente con todas las normas de seguridad estipuladas por la Unión Europea, su seguridad de depende de ello

Medidas de prevención de accidentes infantiles domésticos

A continuación describimos los tipos de accidentes caseros más comunes a los que se enfrentan los niños y sus padres, y de qué manera podéis evitarlos:

Las caídas y golpes: hay que tenerlo claro, los chichones, brechas y magulladuras forman parte intrínseca de la naturaleza infantil, pero, en la medida de nuestras posibilidades, conviene minimizar riesgos desde que son bebés. Y es que una de las primeras cosas que aprenden, por ejemplo, es a darse la vuelta cuando están acostados, por lo no se les debe dejar solos en ninguna superficie en la que puedan rodar y caerse, como vuestra cama, el cambiador o el sofá.

Envenenamientos: a los bebés y niños muy pequeños todo les llama la atención, y la única forma que tienen de conocer las cosas es llevándoselas a la boca, así que todo lo que pueda ser peligroso para ellos –como medicamentos, bebidas alcohólicas, productos de limpieza y cosméticos– siempre debe colocarse en alto o en un sitio que les resulte inaccesible, como dentro de un armario cerrado y con cerradura de seguridad a ser posible.


Además, los productos de limpieza o jardinería debemos comprarlos con tapón de seguridad, para que aunque den con ellos no los puedan abrir. Y si puede ser que incluyan en su composición sustancias amargantes, que no alteran la eficacia propia del producto, son inofensivos para la salud, pero por su olor y sabor les quitan las ganas a los niños de bebérselos.


Quemaduras: conviene siempre recordar que la temperatura del agua de su baño es 37ºC con el fin de evitar que se quemen. Las estufas y radiadores deben estar siempre fuera de su alcance y también debemos evitar que los peques entren en la cocina, ya que es la habitación más peligrosa: puede encontrarse con mangos de sartenes sobresaliendo, una plancha encendida, un horno abierto con calor residual y un largo etcétera de potenciales peligros evitables si no lo dejamos trastear por allí.


Asfixia, atragantamiento y estrangulamiento: Es difícil, pero tenéis que evitar que los niños jueguen con objetos pequeños (juguetes, monedas, pilas de botón…), son un imán para ellos, sobre todo si brillan o son de colores, pues tienden a llevárselos a la boca, con el riesgo de asfixia o atragantamiento que conlleva. Además, tampoco debéis dejar a su alcance bolsas de plástico o similares para jugar.


Ahogamiento: nunca dejar al niño solo en la bañera ni con un recipiente con agua. Un bebé puede ahogarse en veinte centímetros de agua. Un consejo extensivo a las piscinas privadas, origen de la mayoría de los accidentes acuáticos fatales en verano.

Una casa a prueba de bebés

Una vez que los bebés caminan, más o menos alrededor del año, las habitaciones más peligrosas son, por este orden: cocina, cuarto de baño, sala de estar y dormitorios. Mucho cuidado si la casa tiene escaleras, lo mejor entonces es colocar barreras para que no puedan acceder a ellas de ninguna manera. Los andadores están desaconsejados, justamente por el peligro que entrañan si el niño se cae.

En función de la altura de las ventanas de casa, también os podéis pensar si instalar rejas que se puedan abrir por un adulto en caso de incendio, y aumentar la altura de la barandilla de balcones y terrazas. Y, por supuesto, jamás dejar un mueble –incluido sofá, cama, etcétera– cerca de una ventana al que puedan encaramarse y abrirla, sobre todo si vivís en un piso alto.

Veamos qué cosas deben tener en cuenta en cada habitación para evitar potenciales peligros: 


Cocina: cuanto menos entren en ella, mejor. Pero como esto es imposible, por lo menos debemos recordar no dejarlos nunca solos, sobre todo si tenemos enchufado en ese momento algún electrodoméstico o algo en el fuego; si estamos cocinando, que se pongan cuanto más lejos mejor –jamás tenerlo en brazos, por supuesto– y, al salir, debemos acordarnos de cerrar la puerta.


Cuarto de baño: grifos que se abren, geles que hacen espuma, botes por doquier… el cuarto de baño es un imán para los niños, así que es otra habitación que conviene revisar a fondo. Debéis procurar mantener el suelo siempre seco para evitar caídas, tener un cuidado extremo con no dejar ningún pequeño aparato –secador, maquina de afeitar, estufa– enchufado, y colocar cosméticos, productos de higiene y medicamentos a buen recaudo. En cuanto a la bañera, siempre homologada, y si ya usa la grande, no llenarla mucho y, una vez más, no quitarle ojo.


Salón: aunque no es la habitación más peligrosa, conviene hacer un repaso de todo lo que tenemos en ella: mesas demasiado bajas, cajones fácilmente accesibles, lámparas a su alcance, objetos decorativos frágiles, esquinas de muebles peligrosas, radiadores… y actuar en consecuencia con sentido común.


Habitación infantil: lo más recomendable es que esté lo más cerca posible de vuestra habitación, con buena luz y pocos muebles. Además, aseguraos de que éstos sean estables, estén homologados y cumplan estrictamente todas las normas de seguridad estipuladas por la Unión Europea, al igual que los juguetes y peluches.


Productos de seguridad para evitar accidentes infantiles en casa

Si tienes hijos pequeños, no hace falta que conviertas tu casa en un lugar fortificado, pero sí conviene adquirir, en función de vuestras necesidades, algunos productos de seguridad que os pueden resultar muy útiles de cara a evitar los posibles riesgos que un hogar puede esconder para vuestro pequeño inquieto. Hoy en día, la oferta es muy grande. Estos son algunos de los más prácticos y populares: Cierres multiusos: permiten bloquear armarios, cajones, la tapa del inodoro y puertas como la del frigorífico o el horno, evitando que los niños accedan a su interior. 

Cierres de seguridad para puertas y ventanas. 



Seguros para dedos: dispositivo que impide que los dedos de los niños queden atrapados al cerrar la puerta. Se coloca en la parte alta para evitar que lo alcancen y los quiten.



Barrera para puertas: impide el paso de los niños a determinadas zonas de la casa. También sirve para bloquear el acceso a las escaleras.



Barrera para cama: el famoso quitamiedos. Se instala en los laterales de la cama para evitar que los más pequeños se caigan mientras duermen.



Barrera para los fogones: evita que los niños alcancen los quemadores o placas y se tiren por encima el contenido de ollas y sartenes.



Protector de enchufe: imposibilita que los niños puedan meter los dedos y objetos en el enchufe. Los hay que obturan el enchufe y sólo pueden quitarse mediante su propia clavija, y los que permiten usar el enchufe sin tener que quitar el protector. Los enchufes más modernos vienen además preparados para niños.



Protectores de esquinas: pequeñas piezas de plástico o goma que se fijan en los cantos vivos de los muebles para impedir que los niños se hagan daño en caso de golpearse.



Protector de DVD: pieza plástica que cubre la ranura de entrada de los discos, evitando que los pequeños metan la mano o depositen objetos en su interior, uno de sus pasatiempos preferidos.


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