Radiografía de productos transnacionales: Cheetos Torciditos
Cheetos Torciditos, botana de sémola de maíz sabor queso y chile, de Sabritas (bolsa de 60 gramos):
¿Por qué el producto contiene el sello de EXCESO DE CALORÍAS?
Es decir, con tan sólo 60 g de producto se está consumiendo una proporción importante de las calorías totales para todo un día.
Lo preocupante es que en una fiesta o reunión se podrían llegar a consumir hasta tres veces dicha cantidad en una simple “botana”, sin que los consumidores adviertan la cantidad de calorías o el resto de los ingredientes que están ingiriendo.
59.1% de las calorías totales provienen de las grasas y 8.9% provienen de grasas saturadas. Más de la mitad de las calorías son grasas.
El alto consumo de este tipo de calorías se ha asociado directamente a padecimientos como sobrepeso y obesidad, especialmente en la población infantil.
Una porción de 60 g contiene 336 mg de sodio.
La cantidad de sodio en este análisis representa un 16.8% del total recomendado para un adulto y el 22.4% de la recomendación diaria para una niña o niño, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Esta cantidad de sodio es excesiva, especialmente considerando que la porción es reducida y que fácilmente puede haber un consumo mayor a 60 g.
El consumo de este tipo de productos, así como su permanencia en el mercado es preocupante, tanto por la cantidad de sodio que contienen como por la pobre calidad del producto.
En México vivimos un fuerte problema de hipertensión, ya que una cuarta parte de la población adulta (25.5%) la padece y casi la mitad de los casos desconoce que la tiene.
Lo peligroso de la hipertensión o presión alta es que puede provocar embolias, infartos o eventos cardiovasculares como trombosis, dejando a los pacientes con secuelas graves, llevándoles a una pobre calidad de vida o hasta la muerte. Estudios científicos han encontrado una relación directa entre el alto consumo de sodio y valores elevados de presión arterial.
Se ha visto que los índices de hipertensión han aumentado entre la población infantil y adolescente, y esto ha sido atribuido a la dieta.Por eso es importante tener precaución con respecto a productos tan populares como el que se analiza, ya que padres de familia y cuidadores desconocen su verdadera afectación. Este es un producto que se suele ofrecer en fiestas infantiles o como una botana.
Azúcares:
Contiene 1.4 g de azúcares añadidos por cada 60 g.La OMS recomienda la ingesta de azúcares añadidos se limite a 10% de la ingesta calórica total. De acuerdo con este criterio, un paquete cubre el 2.8% para adultos y el 3.5% para niños.
La OMS a su vez recomienda reducir aún más la ingesta de azúcares añadidos a un 5% de las calorías totales de la dieta. De acuerdo con esta recomendación, un paquete de Cheetos Torciditos cubre el 5.6% para adultos y un 7% para niños para todo un día.
Grasas:
El producto contiene 22.6 g de grasas (37.6% del producto total es grasa, y del total de las calorías casi el 60% provienen de las grasas).
De las grasas totales, el 30.6% son saturadas.
Con respecto a las calorías totales, contiene el 8.9% de grasas saturadas. De acuerdo con los criterios de la NOM-051, el producto no excede el 10% establecido.
Lista de ingredientes:
Sémola de maíz, aceite vegetal (contiene TBHQ), condimento [sólidos de la leche, maltodextrina, chiles, sal yodada, grasa vegetal, aceite vegetal, harina de soya, queso (0.3%), saborizantes naturales, idénticos al natural y artificiales (contiene cebada), ácido cítrico, almidón modificado, dióxido de silicio, glutamato monosódico, caseinato de sodio, proteína vegetal hidrolizada de soya, hidrolizado de levadura, leche entera fermentada, harina de maíz, tartrazina y sus lacas, fosfato de potasio, almidón, goma arábiga, guanilato de sodio, inosinato de sodio, achiote, ácido láctico, ácido fumárico, mono y diglicéridos, ácido málico, ácido ascórbico, tocoferoles, fosfato de calcio, rojo allura ac y sus lacas, benzoato de sodio, BHT], amarillo ocaso fcf y sus lacas.
Contiene 43 ingredientes en total, entre los cuales la mayoría son aditivos. Los más preocupantes son el glutamato monosódico y los colorantes artificiales que afectan la conducta de niños y niñas, así como otros aditivos tóxicos como el TBHQ, BHT, dióxido de silicio, guanilato e inosinato de sodio.
La industria procesadora de alimentos podría utilizar alternativas de ingredientes que no afecten la salud de los consumidores, sin embargo optan por ingredientes de mala calidad afectando a la población, particularmente la infantil, principalmente por abaratar costos de producción.
Aditivos:
Colorantes rojo allura, tartrazina y amarillo ocaso. Colorantes asociados con hiperactividad y déficit de atención en la población infantil. Dicho cambio de conducta se observa de forma aguda en casa.
En el caso de los niños que ya tienen trastorno de hiperactividad y déficit de atención, les intensifica el trastorno. Son tan contundentes los estudios que en el Reino Unido si un producto contiene dichos colorantes debe llevar una leyenda precautoria para alertar a padres de familia y cuidadores.
Dicha medida es muy apropiada, pues permite saber y decidir si se proporcionan estos colorantes a sus hijos o no. También permite que niños con el trastorno de hiperactividad y déficit de atención se protejan.
Glutamato monosódico. El glutamato ha demostrado inhibir los centros de saciedad, induciendo a comer vorazmente, por lo que es posible consumir fácilmente más de una porción.
También se ha visto una asociación con aumento de peso, ya que induce a una mayor ingesta energética. Es un ingrediente neurotóxico que daña las células del cerebro. No se debe exponer a los niños a este ingrediente.
Dióxido de silicio. En grandes dosis o exposición directa puede provocar silicosis, cicatrices que aparecen en los alvéolos de los pulmones. Estas pueden impedir que el oxígeno llegue a la sangre, lo que puede dificultar la respiración y en casos extremos puede causar la muerte (dependiendo del grado de hipersensibilidad). También se ha visto que afecta la diferenciación neuronal y el funcionamiento de las mitocondrias.
Guanilato e inosinato de sodio. Estos aditivos se transforman en ácido úrico, se depositan en los tejidos y a largo plazo pueden causar gota.
En grandes dosis pueden causar hiperactividad, asma, reacciones cutáneas, insomnio, alergia e irritación de las mucosas.
TBHQ. Es un conservador que ha demostrado ser tóxico. Aunque suele ser catalogado como «antioxidante» es importante notar que es un producto químico sintético con propiedades antioxidantes – NO es un antioxidante natural.
Con base en estudios con animales, los peligros para la salud asociados con TBHQ incluyen:
• Efectos en el hígado a dosis muy bajas.
• Resultados positivos en las pruebas de mutación in vitro en células de mamíferos.
• Cambios bioquímicos en dosis muy bajas.
• Efectos en la reproducción en dosis altas.
• Aumento de tumores en modelos animales.
Se recomienda evitar su consumo.
BHT. Este aditivo permite atrasar la oxidación en las grasas, pero se ha visto en varios modelos animales que aumenta el riesgo de desarrollar cáncer.
Las células grasas humanas son capaces de almacenar el BHT, por lo que hay que evitarlo, ya que puede perjudicar a personas que tienen alta predisposición a cáncer.
El BHT es fácil de sustituir por ingredientes no perjudiciales, por lo que su uso es innecesario.
Nuestra valoración:
Evitar su consumo, por contener ingredientes que pueden ser tóxicos y por las cantidades excesivas de calorías y sodio.
Te proponemos:
Dedos de zanahoria.
Zanahoria: alta en betacarotenos, principalmente vitamina A, la cual contribuye al sano funcionamiento de la vista, la salud de la piel y a mantener las mucosas en condiciones normales. Para la protección contra resfriados o infecciones, tanto bacterianas como virales, el papel de las mucosas es de suma importancia. La vitamina A también es esencial para buen funcionamiento del sistema inmune.
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