El cociente intelectual de los niños desciende dos puntos cada década. Cada vez hay más niños con déficit de atención, hiperactividad y autismo.
Las moléculas químicas procedentes del bromo, flúor y cloro, junto a los llamados retardantes de llama, presentes en plásticos, detergentes, móviles, colchones o sofás, afectan al desarrollo neurológico y provocan la disminución del cociente intelectual.
Epidemiólogos y endocrinos revelan la existencia de una conexión, entre la exposición a estas sustancias químicas nocivas y los pesticidas con el desarrollo cerebral.
En las dos últimas décadas, epidemiólogos, endocrinos y otros científicos han descubierto una amenaza peligrosa para el devenir de la Humanidad: los cerebros de los bebés, nacidos desde finales de los años 90 y hasta la actualidad arrojan un índice de inteligencia menor, que los de antes de estas fechas. Los cocientes intelectuales han descendido dos puntos cada década. Los expertos advierten en “Cerebros en peligro”, que la inversión en la curva de la inteligencia puede derivar en la involución de la civilización.
La investigadora de la Universidad de California, Brenda Eskenazi tve
El declive de la inteligencia no es la única amenaza. Cada vez hay más niños con déficit de atención, hiperactividad y autismo. Los expertos han revelado que además de una grave carencia de yodo, vivimos rodeados de sustancias químicas nocivas, que interfieren perjudicialmente con nuestro sistema hormonal. “Hemos demostrado que hay una relación entre los niveles de retardantes de llama en la sangre de las madres y el desarrollo neurológico y la disminución del cociente intelectual del niño a las siete años de edad”, afirma la investigadora de la Universidad de California, Brenda Eskenazi.
El científico endocrino, Thomas Zoeller tve
“Estos hallazgos implican, que toda la población está expuesta a un producto químico, que probablemente altere el desarrollo del cerebro de forma sutil”, expone el científico endocrino, Thomas Zoeller, en “Cerebros en peligro” . Y los estudios confirman además, la asociación de la exposición a los pesticidas con el aumento de casos de autismo. En California, más de un 600% en veinte años.
Pesticidas, retardantes de llama y derivados del bromo, cromo y flúor, presentes en plásticos, detergentes, móviles, colchones o sillones, llenan una amplia lista de productos sospechosos para la salud pública. Los científicos insisten a los políticos en la necesidad de una regulación que permita su eliminación definitiva.
rtve
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