sábado, 1 de junio de 2019

Radiografía de productos transnacionales: Yoplait yogurt con fresa 150 g

Esta bebida dista mucho de ser una opción saludable para su consumo frecuente y tampoco se recomienda para niños por contener edulcorantes no calóricos. Es otro ejemplo de los productos que exageran sus propiedades y mienten en su etiqueta para engañar al público consumidor. La realidad aflora al observar la radiografía con la que la nutrióloga Xaviera Cabada, coordinadora de Salud Alimentaria de El Poder del Consumidor, nos desentraña las verdaderas características y el valor nutricional de este producto.

Yoplait yogurt con fresa 150 gramos (aproximadamente 1/2 taza):

Azúcar:
26.1 gramos por envase, lo que equivale a 5 ½ cucharadas cafeteras de azúcar. Esto cubre del 131% al 174% de lo que un niño puede de consumir para todo el día, de acuerdo con la Asociación Americana del Corazón (AAC), pues la cantidad de azúcar máxima tolerada diaria para un niño, confirme con la AAC, es de 3 a 4 cucharadas cafeteras de azúcar. 

La cantidad de azúcar máxima tolerada diaria para un adulto es de 5 a 7 cucharadas cafeteras de azúcar. Entonces, para un adulto cubre del 71% al 104% del azúcar para todo el día ¡en un pequeñísimo envase!
 
Pero eso no es todo: además de contener estas altísimas cantidades azúcar para el tamaño de la porción, contiene sucralosa, un endulzante artificial no calórico

La ingesta de altas cantidades de azúcar tiene fuertes impactos en la salud, pero cabe señalar sobre todo que entre más acostumbremos al paladar a ingerir sabores muy dulces, menos aceptaremos los sabores naturales. Además, este producto contiene un endulzante artificial (tipo splenda) que lo hace intensamente dulce.

Sodio:
75 miligramos. Los productos que continenen cantidades tan elevadas de azúcar se les añade, también, sodio para diluir el sabor dulce y que el paladar lo pueda aceptar, de lo contrario difícilmente podríamos aceptar ingerir cantidades tan excesivas de azúcar en un par de bocados.

Etiquetado:
Los colores son muy llamativos, muy contrastantes. Todo el empaque trae fotos de fresas y además es rojo. 

En efecto, este producto es elaborado con fresas, pero… 

15% de preparado de fruta, del cual 38% de dicho preparado es fresa, que equivale a 8.5 gramos de fresas, lo que quiere decir que de acuerdo al contenido total (que es lo que más le importa el consumidor) contiene apenas 5.6% de fresa

Tienen una leyenda que dice: “elaborado con fruta natural”, donde la parte que dice ‘elaborado con’ está con letras pequeñísimas (miden exactamente un milímetro), en tanto que la parte que dice: ‘fruta natural’ es tres veces más grande de tamaño del resto de la leyenda (es visualmente, de manera paradójica, inversamente proporcional a su contenido real).

En la parte lateral tiene un círculo dividido en cuatro, de varios colores y con una leyenda distinta en cada parte, que dice: “contiene calcio”, “frutas naturales”, “fuente de energía”, “fuente de proteínas”. 

Luego tiene flechas apuntando a la información nutrimental, que se encuentra en letras sumamente pequeñas (literalmente de medio milímetro). 

En dicha información resaltan con los mismos colores del círculo la parte de contenido energético, proteínas y calcio, el cual ni siquiera viene en miligramos sino en porcentaje de acuerdo a los valores nutrimentales de referencia, lo cual hace irrelevante la información nutrimental, ya que como consumidores difícilmente sabemos cuáles son los valores nutrimentales de referencia y para determinar cuánto contiene se tiene que hacer un cálculo matemático de conversión (ver “Cálculo del porcentaje de valor diario (VD) para los nutrientes” http://1.usa.gov/xhV1QQ).

¿Por qué no se resalta el azúcar en el etiquetado si es lo más relevante en este producto?


Por supuesto es importante que el etiquetado no induzca al error, puesto que está claramente establecido en la norma oficial de etiquetado, NOM-051-SCFI/SSA1-2010, que la información no debe inducir a error y debe ser clara (http://dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5137518&fecha=05/04/2010).


Ingredientes:
El tercer ingrediente es azúcar y luego jarabe de altafructosa. Se ha visto que las altas ingestas de fructosa promueven la producción de ácidos grasos y está asociada al síndrome metabólico (ver “The truth about toxic sugar”, del endocrinólogo Dr. Lustig, http://ncdalliance.org/sites/default/files/The%20toxic%20truth%20of%20sugar.pdf).

Almidón modificado (el cual provienede maíz transgénico) que se utiliza para dar cuerpo a los yogurts. 

Colorantes rojo allura o rojo 40 y amarillo 6, que están asociados a cambios en la conducta e hiperactividad en niños [ver Bateman B., et. al., “The effects of a double blind, placebo controlled, artificial food colourings and benzoate preservative challenge on hyperactivity in a general population sample of preschool children”, descargar (PDF, 236 Kb)]. 

Por otro lado –como se mencionó previamente– contiene sucralosa, comúnmente llamado splenda, que es un edulcorante no calórico. Cabe recordar que no se recomienda el consumo de edulcorantes artificiales en niños, ya que induce a tener costumbre por alimentos intensamente dulces, lo cual no genera un buen hábito de alimentación sino todo lo contrario. Además, no se conocen todos sus efectos a largo plazo en el organismo. Por ello, para un adulto se sugiere tener precaución con su consumo, en tanto que para un niño es mucho más riesgoso, ya que aún se encuentra en etapa de crecimiento. 

De acuerdo a la publicación de la Secretaría de Salud acerca del consumo de bebidas saludables para la población mexicana se establece claramente que el consumo de edulcorantes no calóricos no se recomienda en menores de 12 años (ver Juan A Rivera, MS, PhD, et. al. “Consumo de bebidas para una vida saludable: recomendaciones para la población mexicana”, 

http://www.cienciasdelasalud.edu.ar/powerpoints/bebidas_artic.pdf).

Alguien que consume diario o frecuentemente este tipo de productos tiene mucho mayor riesgo a padecer obesidad y diabetes [ver Vasanti S Malik, et. al. “Intake of sugar-sweetened beverages and weight gain: a systematic review”, descargar (PDF, 163 Kb)]. 

Además, se ha observado que los altos consumos de azúcar provoca adicción, por lo cual, una vez que se convierte en hábito, es mucho más difícil dejarla de consumir [ver Carlo Colantuoni, et. al. “Evidence That Intermittent, Excessive Sugar Intake Causes Endogenous Opioid Dependence”, descargar (PDF, 200 Kb)].

Valoración general:
No recomendado para consumo habitual, sólo de manera muy esporádica o como postre, dado sus altos contenidos de azúcar, mas no como un producto saludable para su consumo frecuente.Tampoco se recomienda para su consumo en niños por contener edulcorantes no calóricos.

Alternativa:
Preparar tu propio yogurt (ver receta para preparar yogurt casero) y añadir la cantidad de fresas al gusto. 

Dado a que el yogurt por su naturaleza es ácido, se puede añadir un poco de miel, la cual es uno de los mejores endulzantes, ya que además tiene otras propiedades terapéuticas. 

Es importante también estar alerta a los productos que se anuncian como saludables, ya muchas veces resultan más peligrosos, pues creemos que estamos consumiendo algo saludable y resulta que en realidad no lo es. Sólo son engaños publicitarios. 

De esta manera, los consumidores no logramos detectar que dichos productos son en realidad nocivos para nuestra salud. Es importante tener cuidado especialmente si hay alguna condición especial como diabetes o hipertensión. Los consumidores confiados en los etiquetados frontales y las leyendas más visibles frecuentemente hacemos caso a las promociones o a la información que más se resalta en este tipo de productos.

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elpoderdelconsumidor

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