Dos conversaciones telefónicas entabladas en pleno proceso de transición presidencial entre Jorge Araujo Balderas –quien fuera director Corporativo de Ingeniería y Proyectos de Infraestructura de la Comisión Federal de Electricidad (CFE)– y otros tres funcionarios revelan el nivel de preocupación al interior de la empresa productiva del Estado en torno a la legalidad de los contratos con Iberdrola.
En el gobierno de Enrique Peña Nieto, la
subsidiaria en México de la trasnacional de origen español construyó
para la CFE al menos cuatro plantas de ciclo combinado –Noreste
(Escobedo), Noroeste (Topolobampo II), Topolobampo III y El Carmen–; dos
de cogeneraciones –San Juan del Río y Altamira–, cuatro instalaciones
renovables eólicas –en Puebla y Guanajuato– y dos más de energía
fotovoltaica –en San Luis de Potosí y Sonora.
Las conversaciones telefónicas grabadas de forma ilegal –y que fueron entregadas a Contralínea– dan cuenta de que a la administración de Jaime Hernández le
preocupaba la rendición de cuentas de esas centrales –y en particular
de las de Escobedo y Topolobampo– que debía hacer ante el equipo de
Andrés Manuel López Obrador, encabezado en este sector por Manuel Bartlett.
HugoSadh
No hay comentarios:
Publicar un comentario