Las cervezas artesanales, que
también puedes elaborar en tu propia casa, son una opción en alza para
degustar una bebida cuyo consumo moderado puede ser algo más saludable
al emplear productos naturales y sin aditivos.
La cerveza siempre está de moda, y más cuando el calor aprieta, y las cervezas artesanales, o craft beers, son otra opción más para degustar esta bebida tan refrescante y cuyo consumo moderado se considera saludable. Las cervezas artesanas se elaboran con ingredientes como malta de cebada, lúpulo, levadura y azúcar integral de caña, y su fermentación es natural, por lo que contienen sedimentos de levadura –fuente de vitaminas y minerales.
Se trata de productos selectos de gran calidad y naturales, libres de conservantes o aditivos, con una producción muy inferior a las de fabricación industrial, pero que también se comercializan en una gran variedad de estilos y sabores: rubias, tostadas, negras, ale, lager…, y se pueden encontrar con diferentes graduaciones alcohólicas. Hasta existe cerveza artesanal para celiacos –personas con intolerancia al gluten– que se hace con maíz en vez de cebada.
‘Homebrewers’: qué necesitas para ser un cocinero de cerveza
Si te gusta la cerveza artesana, ¿por qué no hacerla tú mismo en casa? Puedes dar un curso (hay desde talleres de un día, a otros más avanzados de perfeccionamiento que pueden durar meses), o aprender con un tutorial por Internet o siguiendo las instrucciones que incluyen los kit que comercializan algunas empresas, y comprobar tu destreza y creatividad como homebrewer, el término con el que se conoce a las personas aficionadas a elaborar la cerveza en su hogar.
Las cervezas artesanales se elaboran de forma natural y sin aditivos, y se comercializan en una gran variedad de estilos y sabores
Elaborar cerveza casera con un toque personal es una afición divertida que no requiere grandes conocimientos previos, y con la que puedes sorprender a tus familiares y amigos. Para hacer de tu cocina tu fábrica particular necesitarás una olla de acero inoxidable con una capacidad mínima de cinco litros, una báscula de cocina, y botellas para embotellar el producto, además de utensilios específicos para preparar la cerveza, como una probeta, un termómetro, una válvula de fermentación o un densímetro, entre otros, que puedes adquirir por separado o en kit (en Internet encontrarás muchas páginas en las que se vende todo lo necesario).
En cuanto a los ingredientes, la cerveza se hace con agua, malta de cebada, lúpulo y levadura y, por supuesto, puedes experimentar y crear tus propias recetas, imitando tus cervezas favoritas o aromatizándolas a tu gusto.
Una vez embotellada hay que esperar como mínimo tres semanas para consumirla, pero los expertos recomiendan tener paciencia, porque a partir de un mes y medio la bebida ofrece mayor calidad y sabor.
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