Como experimento, compramos un sándwich al azar en la máquina de un establecimiento. La lista de aditivos con «E» del emparedado es sorprendentemente larga (22 en total).
Buscamos los innumerables aditivos de la etiqueta en dos tablas de sustancias tóxicas: la tabla de datos de toxicología de la ECHA (Agencia Europea de Sustancias Químicas) y la del registro de disruptores endocrinos del TEDX (The Endocrine Disruptor Exchange), informa sobre la toxicidad de cada aditivo alimentario.
De esta comparación se desprende que el sándwich analizado contiene 4 sustancias que presentan peligro para la salud: el (E 631) o inosinato disódico utilizado para potenciar el sabor y que la toxicología oficial de la Unión Europea considera como tóxico para la reproducción, al igual que el antioxidante EDTA (E 385).
El colorante dióxido de titanio (E 171)está catalogado como carcinogénico y mutagénico. Por otro lado, tanto el potenciador del sabor glutamato monosódico (E 621) como el colorante dióxido de titanio (E 171) son contaminantes hormonales o disruptores endocrinos.
Cómo leer las etiquetas
Si quieres saber si un aditivo es tóxico, puedes verlo en esta tabla que parte de los datos de toxicidad de la ECHA y la del registro de disruptores endocrinos del TEDX.
¿Cómo leer la tabla? En la primera columna aparece la abreviatura del aditivo y en la segunda el nombre común. La tercera columna indica el uso habitual del aditivo. La cuarta columna informa sobre los peligros de la sustancia y la quinta columna muestra si hay estudios científicos que detecten efectos sobre el sistema hormonal, es decir, si la sustancia es un disruptor endocrino o no.
Por suerte, cada vez hay más aplicaciones de móvil que facilitan la interpretación de las etiquetas al dar la información de forma instantánea con solo fotografiar los ingredientes. Estas apps son una ayuda muy recomendable para realizar una compra más segura.
Lo que ninguna etiqueta dice
A cóctel de sustancias químicas que sí muestra la etiqueta se añaden otras de las que ninguna etiqueta informa.
Se trata de los pesticidas empleados en la elaboración de los alimentos que no aparecen en ninguna lista de ingredientes.
Tampoco verás en niguna etiquta los plastificantes o sustancias químicas que se añaden a los plásticos para proporcionarles algunas características: flexibilidad, dureza, resistencia a la luz solar, etc. Hasta un 30% del peso de un plástico esta constituido por sustancias plastificantes, parte de los cuales acaban en el alimento. Entre los plastificantes más utilizadas están el bisfenol A, los ftalatos y los filtros ultravioleta.
Pesticidas y plastificantes pueden ser tóxicos y tener efectos adversos para la salud humana y el medio ambiente, puesto que muchos son disruptores endocrinos.
¿Cómo evitar estas sustancias en los alimentos?
1. Evita los alimentos procesados. Si necesitas comprar alimentos procesados lee atentamente la etiqueta y rechaza aquéllos que tengan un exceso de aditivos.
2. Evita comprar alimentos en contacto con plástico. La mejor opción es la compra a granel.
3. Siempre puedes escanear la etiqueta de los alimentos y cosméticos para conocer los ingredientes peligrosos con alguna de las app disponibles en internet.
4. Si es posible, opta por una alimentación ecológica libre de pesticidas. El consumo de alimentos ecológicos reduce el riesgo de cáncer.
libresdecontaminanteshormonales
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