martes, 26 de noviembre de 2019

Fuera halitosis, bienvenido aliento fresco

Podemos enmascararla con algunos productos, pero la halitosis es una señal de que algo falla en nuestra higiene bucal o incluso en el organismo.

El mal aliento o halitosis puede afectar a cualquier persona y generar problemas de aceptación e integración social. Tiene una gran prevalencia en la población general, sin diferencias por la posición socio-económica.

Se estima, de hecho, que más del 50% de las personas lo padecen en algún momento de su vida. Es frecuente presentar halitosis al despertar por la mañana, pues las estructuras de la boca han estado en reposo durante varias horas y la producción de saliva ha sido escasa. bacterias que huelen.
¿Qué causa el mal aliento o halitosis?

En el mercado hay muchos productos para la halitosis, como chicles perfumados, enjuagues o aparatos para detectar el mal aliento.

Pero lo conveniente es ir a la raíz: las bacterias que lo generan. En la boca existen millones de ellas, y algunas pueden vivir y multiplicarse sin oxígeno. Estas bacterias, llamadas anaerobias, se alimentan de las proteínas que consumimos y liberan compuestos sulfurosos (putrescina y cadaverina) que son los que causan el mal olor, pues se expulsan con el aire espirado.

Estas bacterias se esconden en los restos de alimentos atrapados entre los dientes y en la parte posterior de la lengua, donde hay menos saliva.

Factores que, por tanto, favorecen la halitosis son:

  • Caries profundas que retienen alimentos en ellas.
  • Enfermedad periodontal o de las encías, a veces inadvertida.
  • Lengua sucia, que es tan importante cepillar como los dientes.
  • Dentaduras postizas y prótesis mal ajustadas.
  • Falta de saliva por tomar medicación antidepresiva u otras causas.
  • Otros factores menos frecuentes pueden ser rinitis, sinusitis o amigdalitis crónica, reflujo gastro-esofágico, úlcera, diabetes, dieta hiperproteica… El café y el alcohol, alimentos tipo ajo o cebolla y los ayunos prolongados también pueden provocarla.
Claves para combatir la halitosis

Para decir adiós al mal aliento puedes prestar más atención a algunos hábitos de higiene y alimentación.

Límpiate los dientes después de cada comida, incluidos los espacios interdentales con seda dental. No olvides cepillar también el dorso de la lengua.

Evita las dietas hiperproteicas, hábitos como el café, el alcohol y el tabaco, y las comidas muy especiadas. Si comes ajo, puedes combinarlo con perejil para evitar el mal aliento.

Come abundantes ensaladas frescas ricas en clorofila, con alimentos como perejil, apio, menta o aguacate. Y algo no menos importante: bebe suficiente agua durante todo el día.

Hazte enjuagues con agua y una cucharadita de bicarbonato antes de acostarte. A lo largo del día puedes hacerlo con infusión de romero o menta. Te protegerán de la halitosis.

La menta (Mentha piperita) se emplea contra el mal aliento tanto en infusión como en forma de aceite esencial. para tener el aliento más fresco.

Si la higiene bucal es correcta, la halitosis puede ser una señal que nos da el cuerpo de que existen toxinas y desechos fermentados en el intestino.

Conviene hacer una cura depurativa hepática con abundancia de verduras verdes (espárragos, pimientos, brócoli, apio, guisantes, perejil, espinacas, acelgas, alcachofas) y frutos rojos. Podemos tomar zumo de manzana en ayunas o beber caldo de verduras con jengibre durante el día, por lo menos durante un mes.

Pero no siempre hay una causa física aparente de la halitosis. Según la biodescodificación, puede estar producida por un bloqueo emocional: la persona tiene un gran dolor interior y siente ira contra las personas que la hirieron.

Se avergüenza de estos pensamientos y es como si muriera por dentro, y esto hace que el mal olor salga y aleje a las personas de su alrededor. La solución es el perdón, que sana todas las heridas.

Mantener el aliento fresco

Algunas plantas te ayudarán a mantener un aliento fresco.

Los polifenoles del té verde son antibacterianos. Chupa clavo o canela en rama tras las comidas. Mezcla 2 gotas de aceite esencial de menta piperita o albahaca exótica con una cucharada de aceite de oliva y tómalo antes de comer.

Los probióticos aportan bacterias buenas como L. acidophilus. Puedes beber kéfir de agua por las mañanas.

Determinados suplementos también resultan eficaces. Toma 1 gramo de alga chlorella al día con las comidas. Es desintoxicante y antibacteriana. Otra alternativa es 1 comprimido de carbón vegetal tras la comida, absorbe desechos intestinales.

Consume 1 ampolla diaria del oligoelemento magnesio por la mañana, interactúa con el azufre de las bacterias.

La homeopatía también es eficaz para tener un buen aliento. Puedes tomar 3 gránulos, 3 veces al día, de:

  • Mercurius solubilis 7CH: si tienes gusto metálico.
  • Phytolacca 7CH: lengua blanca o dolor de garganta.
  • Nitricum acidum 7CH: si sufres de gingivitis.
  • Nux vomica 7CH: si hay problemas digestivos.
  • Graphites 15CH: si los eructos saben a podrido.
  • Chellidonium 7 CH: si tienes gusto amargo.
Elimina definitivamente el mal aliento



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