Contiene fructuosa, que genera subir de
peso, resistencia a la insulina, eleva el ácido úrico, triglicéridos,
presión arterial y produce hígado graso y daño renal.
La diabetes en México ha aumentado en las últimas décadas debido, entre otros factores, al consumo de jarabe de maíz, afirmó Francisco Javier Gómez Pérez, jefe del Departamento de Endocrinología del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán y coordinador del subcomité de Endocrinología del Posgrado de la Facultad de Medicina.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 442 millones de adultos tienen diabetes en el mundo, es decir, una de cada 11 personas.
En el país, oficialmente es la segunda causa de muerte de acuerdo con el último informe del Instituto Nacional de Estadística y Geografía del 2017, dijo Gómez Pérez. “La primera, enfermedades del corazón, pero la diabetes está asociada con muchas de esas muertes por cardiopatía”.
Eso significa que la diabetes ocasiona más decesos que los tumores malignos, los padecimientos del hígado, los accidentes y los homicidios, resaltó a propósito del Día Mundial de la Diabetes.
Consumo de jarabe de maíz
En México, el incremento de la diabetes se ha venido dando desde hace varias décadas. En 1964, Salvador Zubirán encontró en una encuesta en Ciudad de México que la prevalencia era de 2.3 por ciento; Leal y colaboradores detectaron una prevalencia de 3.2 por ciento en la ciudad de San Luis Potosí. Desde entonces empezó a aumentar de manera extraordinaria, en la misma proporción que las importaciones de jarabe de maíz de nuestra nación, que se inició entre 1965 y 1970, incorporándolo a muchos alimentos industrializados y no sólo a las bebidas azucaradas, consideró el especialista.
Es preocupante, porque incluso nuestras autoridades están solapando esto. Antes se podían ver los rótulos que decían contiene jarabe de maíz y ahora sólo dice azúcares, y hay importantes diferencias, señaló.
Efectos
Gómez Pérez explicó que el jarabe de maíz es un disacárido que posee más de 55 por ciento de fructuosa, a diferencia de la sacarosa (o azúcar común) que tiene 50 por ciento de glucosa y 50 por ciento de fructuosa. Agregó que ésta produce subir de peso porque disminuye la saciedad, genera un aumento de la resistencia a la insulina, eleva el ácido úrico, los triglicéridos y la presión arterial, genera hígado graso y daño renal. Todos estos factores son compañeros del llamado síndrome metabólico que causa obesidad y son precursores de diabetes.
En México cerca de 73 por ciento de la población tiene obesidad o sobrepeso, y la fructuosa tiene un efecto mayor en ella, puntualizó.
Añadió que la fructuosa se encuentra presente en refrescos, pasteles, pan de caja, galletas, chocolates, jugos industrializados, barritas, cereales, miel (de maple, agave o abeja industrializada), algunos yogures y muchos otros alimentos.
Otro factor que favorece la diabetes es que los niños ya no tienen casi actividad física, se la pasan viendo televisión o videojuegos, concluyó.
FACTORES DE RIESGO
Hay tres principales tipos de esta enfermedad: la 1, que ocurre cuando el cuerpo no produce suficiente insulina; la 2, cuando el cuerpo produce insulina pero no la utiliza apropiadamente; y la 3 gestacional, que es una condición temporal durante el embarazo.
Es progresiva y puede causar complicaciones en muchas partes del cuerpo e incrementar el riesgo de muerte prematura. En el cerebro ocasiona accidente cerebrovascular; en los ojos, ceguera; en el corazón, ataque cardiaco, y en los riñones, insuficiencia renal.
La genética, la edad y el historial familiar elevan el riesgo de padecer diabetes tipo 2 y no se pueden cambiar. Pero algunos comportamientos que también acentúan el riesgo sí pueden modificarse: una alimentación no saludable y la falta de actividad física.
Gaceta UNAM
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