Por las fechas en las que estamos, principios de Noviembre, en breve muchas personas comenzarán a padecer la gripe, como todos los años. Vendrá acompañada de mensajes alarmistas, de recomendaciones de usar medicamentos antivirales como Tamiflu o Ralenza y de vacunarse. Os repaso algunos aspectos críticos.
La vacuna de la gripe es un tanto especial pues si bien buena parte de las inmunizaciones ofrecen protección a quienes no se vacunan, en el caso de la gripe, la rabia o el tétanos no es así.
Hay vacunaciones con alto grado de eficacia pero no la de la gripe. La efectividad de la vacuna de la gripe se mide oficialmente sólo por su capacidad de disminuir las visitas por gripe al hospital confirmadas por laboratorio y es en torno al 35-40%.
De cada 100 vacunados contra la gripe sólo uno deja de pasar la gripe (a 99 no les ayuda en nada bueno).
La vacuna de la gripe no disminuye ni la mortalidad por gripe ni las complicaciones de la gripe. En Estados Unidos llevan tres décadas vacunando contra la enfermedad y actualmente se vacuna anualmente 150 millones de personas. Sin impacto en la mortalidad.
Con estos datos en la mano podemos comprobar que esta vacunación (al contrario que otras) aporta muy poco. Pero ofrece efectos secundarios que, según la Agencia de Medicamentos, pueden ser leves y frecuentes pero también y graves aunque sean infrecuentes.
Entre ellos: reacción local intensa (dolor, enrojecimiento, inflamación, equimosis, induración), fiebre, cefalea, sudoración, mialgia, artralgia, escalofríos, convulsiones, urticaria, anafilaxia, vasculitis, trombocitopenia, linfadenopatías, angioedema, parestesias, parálisis de Bell (facial), síndrome de Guillain-Barré, alteraciones desmielinizantes, neuritis, encefalomielitis y otros efectos adversos.
Además, tras la vacunación hay falsos positivos en la prueba del SIDA.
Durante la pandemia de gripe A de hace una década que por suerte no llegó a ser tal se produjeron numerosos casos de narcolepsia tras esta vacunación, sobre todo en países del norte de Europa; una catástrofe que podía haberse evitado. Un buen resumen de para qué sirve la vacuna de la gripe lo hace el médico Juan Gérvas, quizá uno de los que más la ha estudiado:
Vacuna contra la gripe, sin ciencia ni ética, sin fundamento, que se pretende implantar sin que tenga beneficios. Que no produce inmunidad de rebaño, que no protege ni a pacientes, ni nietos, ni alumnos».
Y como cada año, muchos serán también los profesionales sanitarios que no se vacunen pues lo hacen sólo el 37% de los mismos, menos que la población en general. Con probabilidad a ellos también les llegarán las presiones para que «den ejemplo».
Desde el ministerio, consejerías, sociedades y colegios les llamarán a vacunarse aunque tampoco hay evidencias o pruebas del impacto positivo de esta inmunización sobre la transmisión de la enfermedad en los centros de trabajo, en hospitales y demás. Vamos que es absurdo vacunar a los trabajadores sanitarios con esa vacuna.
Tamiflú y Relenza son fármacos poco menos que inútiles. Ni evitan neumonías ni evitan hospitalizaciones, ni muertes. Su efecto es comparable al de la simple aspirina. Esto es lo que dicen los documentos oficiales y las investigaciones independientes publicadas en sitios de referencia como habréis podido comprobar leyendo los enlaces que pongo. Pero todo sucederá como cada año sin ciencia ni conciencia (y a quien lo critique le calificarán de «antivacunas»).
migueljara
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