• Infantes que beben un vaso con leche Nido Kinder ingieren 2½ cucharadas de azúcar.
• Nido Kinder NO es tan saludable para niños de 1-3 años por altos contenidos de azúcar.
• ¿Crees que Nestlé se preocupa por la infancia? Ve la radiografía de Nido-Kinder.
Se trata de un producto caracterizado básicamente por sus altos contenidos de azúcar y su publicidad engañosa, especialmente por la edad que ellos mismos recomiendan para su consumo.
Observa la radiografía con la que la nutrióloga Xaviera Cabada, coordinadora de Salud Alimentaria de El Poder del Consumidor, nos desentraña las verdaderas características y el valor nutricional de este producto.
Nido Kinder “para niños de 1-3 años”:
Azúcar:
13.7 gramos de azúcar añadida en poco menos de un vaso (220 ml = 36 g de polvo de leche), lo cual equivale a 2½ cucharadas cafeteras de azúcar.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud los infantes y niños pequeños menores de 2 años no deben consumir azúcar añadida. La Norma Oficial Mexicana NOM-043 de orientación alimentaria recomienda también evitar utilizar azúcar añadida y respetar los sabores naturales de los alimentos.
Para niños mayores de 3 años, la Asociación Americana del Corazón establece que la cantidad de azúcar máxima tolerada para un niño es de 3 a 4 cucharadas cafeteras de azúcar. Acorde con dicho criterio, un solo vaso cubre del 68.5% al 91.3% del azúcar máxima tolerada para un niño para todo el día.
Las cantidades de azúcar proporcionadas son en el supuesto de que un niño de 1-3 años recibiera sólo una porción de leche al día. Sin embargo, lo común es que una vez que los niños pueden consumir leche entera, las porciones promedio que se proporcionan son al menos 3 (frecuentemente son más porciones, especialmente si el bebé está en etapa de destete). Contemplando el promedio de 3 porciones, la cantidad de azúcar que el aún lactante estaría consumiendo sería de 7 ½ cucharadas cafeteras.
Esto es realmente alarmante, ya que está claramente demostrado que la ingesta de altas cantidades de azúcar tiene fuertes impactos en la salud aumentando el riesgo a padecer sobrepeso, obesidad y diabetes.
Durante el primer año de vida, el lactante inicia la formación de hábitos y preferencias alimentarias que serán difíciles de modificar posteriormente, por lo que repercutirán en la salud y nutrición futuras. Por ello, la alimentación proporcionada durante los primeros años de vida —derecho de todas las personas, especialmente los niños— debe ser adecuada, sana y nutritiva como está establecido en el artículo 4º de la Constitución. Este derecho no se cumple teniendo altamente disponibles productos como el presente. En esta ocasión, lo preocupante es que es un producto que inclusive algunos trabajadores de la salud recomiendan, cayendo en los engaños en el etiquetado también.
Sodio:
Por cada vaso ya preparado contiene 90 miligramos de sodio.
Aparentemente es una cantidad baja, sin embargo si consideramos que para la edad que se propone en la misma etiqueta, los niños entre 1 y 3 años de edad consumen al menos 3 porciones de leche al día, esto ya suma a 270 mg de sodio, lo cual cubre a más del 20% de lo que un niño requiere para todo el día.
En un solo producto (considerando que sólo consumiera 3 porciones) estaría cubriendo ya la quinta parte del requerimiento de sodio diario para un niño.
Por otro lado, es frecuente que a los productos industrializados se les añada sodio para diluir el sabor tan dulce que tendrían por las cantidades tan elevadas de azúcar que contienen, pues, de lo contrario, el paladar difícilmente podría aceptar ingerir cantidades tan excesivas.
Ingredientes:
Leche descremada y grasa butírica, sólidos de maíz, grasa vegetal, oligofructosa, miel de abeja, sólidos de leche, carbonato de calcio, lecitina de soya, cultivos lácticos, vitamina C, taurina, sulfato ferroso, sulfato de zinc, niacina, vitamina E, pantotenato de calcio, vitamina A, vitamina B6, vitamina B1, ácido fólico, biotina, vitamina K y vitamina D.
Contiene 3 diferentes tipos de azucares.
Se observa que también contiene varios minerales y vitaminas.
Aparentemente pudiese parecer que es un producto con “mayores” nutrientes, sin embargo el añadir vitaminas y minerales a los productos ultraprocesados es algo que se tiene que realizar, ya que durante el proceso de industrialización se pierden nutrientes, especialmente las vitaminas y los minerales, por lo que se tiene que reconstituir el producto a través de la adición de los mismos.
Etiquetado:
El etiquetado frontal tiene en letras grandes el título del producto “NIDO” y más pequeño una leyenda que dice “para cada etapa Kinder”.
Justo arriba del nombre del producto se encuentra el nombre de la empresa “Nestlé”.
Abajo del título NIDO kínder está la imagen del rostro de un niño pequeño de aproximadamente 1 a 2 años de edad, sonriendo.
Enseguida del bebé hay un escudo con las palabras “Lactobacillus Protectus + Prebio1”.
La palabra NIDO está dentro de una forma de corazón, el cual también une al niño y al escudo. El corazón es de color oro metálico, el escudo es plateado, también metálico.
Gran parte de la publicidad que maneja Nestlé con sus productos NIDO alude a la protección y por ello utiliza la imagen de un escudo. Así, se induce a las madres a creer que con dicho producto estarán “protegiendo” a su hijo cuando no es cierto. Es una mentira total.
Es nocivo proporcionar este producto a un lactante de 1 año de edad por las cantidades de azúcar tan elevadas que contiene. La Organización Mundial de la Salud establece claramente que los infantes y niños pequeños menores de dos años no deben consumir azúcar añadida, ya que puede afectar sus hábitos de alimentación a futuro.
Es importante que a las madres de familia no se les engañe de esta manera tan fuerte.
Una madre siempre estará viendo por el bienestar de su hijo, de la mejor manera que ella pueda establecer dicho bienestar y con los elementos que tenga disponibles a la mano.
Muchas mujeres acuden a este tipo de productos creyendo las leyendas engañosas e inductivas que utilizan en sus etiquetas y publicidad.
Una de las razones por las cuales muchas mujeres creemos la información que se proporcionan en los productos para nuestros hijos, es porque en los mensajes se mezclan mentiras con verdades: verdades muy populares que permiten que la madre se identifique con la información y mentiras muy técnicas que son incomprensibles y que requieren de mucho tiempo de investigación para desvelarlas.
Por ejemplo:
“lactobacillus protectus”. No existe un lactobacillus que se llame protectus. Es un nombre inventado.
Otro más:
en la esquina del etiquetado frontal con letras delgadas y más pequeñas encontramos la siguiente leyenda: “producto lácteo combinado con grasa vegetal en polvo adicionado de vitaminas (entre ellas A y D), minerales, oligofructosa, inulina y probióticos, sin azúcar”. Esto es totalmente engañoso.
Efectivamente no contiene sacarosa, pero sí otros tipos de endulzantes. Dado a que el segundo ingrediente es un tipo de endulzante, luego grasa vegetal y luego dos diferentes tipos de endulzantes más.
Lo que la leyenda debería decir es: “producto lácteo con grasa y azúcares, reconstituido con vitaminas y minerales”.
Todavía más:
De acuerdo con la Norma Oficial de Etiquetado azúcares engloba los diferentes tipos de endulzantes que existen en el mercado.
“Oficialmente” en este punto no se está infringiendo con la norma, ya que no dice “sin azúcares”, pero induce a creer que el producto sólo contiene el azúcar propia de la leche cuando no es cierto.
De hecho, en la información nutrimental, en el apartado de azúcares tiene tres asteriscos que se explican en la parte inferior con letras muy pequeñitas, casi ilegibles: “La lactosa es parte de los azúcares naturales de la leche. Este producto no contiene azúcar añadido”. ¡Regresamos nuevamente al engaño con la mezcla de verdades con mentiras!
Es cierto que la lactosa es el azúcar natural en la leche y tampoco contiene “azúcar” (sacarosa) añadida, pero sí contiene azúcares. Si nos fijamos bien, primero se utiliza el término en plural y justo después en la información se utiliza el término “azúcar añadido” en singular.
Contiene oligofructosa, que son varias moléculas de fructosa; sólidos de maíz, que se obtiene del jarabe de maíz, el cual es también un tipo de endulzante; y miel de abeja, que también otro tipo de endulzante. Tres diferentes tipos de “azúcares añadidos”, los cuales metabólicamente tienen el mismo impacto que la sacarosa.
Pero eso no es todo:
En la parte inferior se encuentran los GDA (Guías Dietéticas de Alimentos) establecidos de forma arbitraria por la industria sin sustento científico alguno.
En realidad son poco visibles, pero algo que llama la atención es que para el porcentaje de “azúcares” establecen “% de VR (valor recomendado) basado en una dieta de 2,000 calorías”.
Un niño de 1 a 3 años (edad sugerida en el propio producto) no tiene un requerimiento de 2,000 calorías, sino un promedio de 1,500.
Además, la azúcar añadida no es un nutriente que se “recomiende”, sino que se ha establecido un “máximo tolerado”.
Se ha visto que las altas ingestas de azúcares, entre otros fuertes impactos metabólicos que promueven la producción de ácidos grasos, está asociada la obesidad, síndrome metabólico y diabetes (ver The truth about toxic sugar, del endocrinólogo Dr. Lustig, ncdalliance.org/sites/default/files/The%20toxic%20truth%20of%20sugar.pdf)
En el etiquetado posterior que contiene la información nutrimental, justo enseguida de la misma, hay varios mensajes confusos que no orientan en absoluto, por el contrario.
Los mensajes publicitarios que se manejan en productos como el presente, y en general muchos de los mensajes que maneja la compañía Nestlé, son muy inteligentes, pero sumamente engañosos.
Por ejemplo, ponen las siguientes leyendas:
Es bueno saber que: –luego en letras más pequeñitas– En esta etapa los niños exploran el mundo y todo lo que se llevan a la boca puede ser un foco de infección.
Si el niño recibió una alimentación al seno materno acorde a las recomendaciones de la OMS, de forma exclusiva durante los primeros seis meses y continuada hasta el menos dos años de edad, el sistema inmunológico del niño será lo suficientemente fuerte y adecuado para que no todo lo que se lleve a la boca sea un foco de infección.
Recordemos que Nestlé es una de las principales empresas promotoras de fórmulas infantiles y alimentos para bebés y niños pequeños, y que ha utilizado publicidad engañosa dirigida a madres de familia y sus bebés durante más de medio siglo.
Cuando una mujer no tiene una lactancia materna exitosa, muy probablemente Nestlé se estará beneficiando de ello de alguna manera u otra, ya sea a través de fórmulas infantiles (las leches NAN suelen ser de las más económicas en el mercado) o a través de productos para niños pequeños.
Otra leyenda:
Recuerda que: Lactobacillus Protectus es un probiótico exclusivo de NESTLÉ que puede ayudar a fortalecer el sistema inmunológico de los niños.
Esto no tiene sustento científico alguno.
En la parte inferior del etiquetado posterior vienen las instrucciones de preparación en dónde hacen la sutil sugerencia de utilizar Agua Nestlé Pureza Vital. No es de sorprenderse el porqué el presidente de Nestlé defiende la privatización del agua (ver aristeguinoticias.com/2204/mundo/propone-presidente-de-nestle-privatizar-el-agua/).
Aún más:
Debajo de las instrucciones de preparación hay una leyenda en letras más grandes y con colores más visibles: “Este producto fue formulado especialmente para niños”.
Esto es realmente grave, ya que si fue formulado especialmente para niños no debería contener endulzantes añadidos en absoluto, puesto que los organismos de salud, tanto nacionales como internacionales, establecen claramente que los infantes y niños pequeños menores de dos años no deben consumir azúcar (o azúcares) añadidos.
Y más:
Algo que también llama la atención es que junto a esta leyenda hay un pequeño recuadro de promoción al programa “Nutrir” de NESTLÉ que dice lo siguiente: Gracias al Programa Educativo NUTRIR de NESTLÉ, que enseña a los niños a comer correctamente, aprender la importancia de estar bien alimentados y tener un estilo de vida saludable mientras se divierten.
Este tipo de “programas”, las grandes transnacionales desafortunadamente los utilizan para promocionar sus productos.
Aquí se observa un claro ejemplo, en dónde en la misma página se promocionan otros productos no aptos para que un niño los consuma.
Observemos los dobles mensajes:
Estas etiquetas son peligrosas, ya que inducen a las madres y padres de familia a creer que el producto que están adquiriendo es de excelente calidad y que va a ayudar a su hijo a tener un mejor crecimiento, pero esto es totalmente equivocado.
El gobierno no debe permitir a la industria el engaño a través de este tipo de mensajes tan engañosos.
Lo más relevante en el producto son sus altos contenidos de azúcar y su publicidad engañosa, especialmente por la edad que ellos mismos recomiendan para su consumo.
Cabe recordar que la Norma Oficial de Etiquetado establece claramente que el etiquetado no debe inducir al error y debe ser clara (dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5137518&fecha=05/04/2010).
Otros ejemplos de su publicidad engañosa que utilizan a través de internet, donde inclusive dan consejos de nutrición a las madres de familia haciendo creer que los productos que manejan son recomendables:
ww1.nestle.com.mx/nido/Consejos/articulos/Comoevitarlaobesidadinfantil.htm www.nestlenido.com/Tips-Articles/TipsDetail.aspx?TipCategoryMK=286c5aa9-3845-49d2-8c46-2c124663dcc0
La leyenda dice:
¿Qué nutre a tu pequeño?
Los requerimientos diarios de vitaminas que los niños necesitan son muy pequeños, pero como su organismo no las pueden fabricar se deben consumir a través de los alimentos. Por este motivo, debemos procurar que la dieta de los pequeños contenga gran variedad de frutas, verduras, cereales, tubérculos, carne y leche NIDO Kinder 1 + con PREBIO 1.
¡Mentira total!
Una madre no debe procurar que la dieta de los niños contenga NIDO Kinder, al contrario, se debe de eliminar de la dieta del bebé. Los niños de un año de edad aún son considerados lactantes.
Por otro lado, a través de la publicidad que se está manejando para este producto se observa una clara violación al Código Internacional de Comercialización Sucedáneos de la Leche Materna, firmado por el gobierno mexicano y ante el cual la empresa Nestlé también se comprometió respetar.
Los alimentos que son destinados para lactantes y niños pequeños son considerados dentro de este código.
Una de las clausulas claras que establece el código es: “No deben ser objeto de publicidad ni de ninguna otra forma de promoción destinada al público en general los productos comprendidos en las disposiciones del presente Código”.
También se establece que “no deben utilizarse imágenes o textos que puedan idealizar el uso de sucedáneos de la leche materna” y “ni el envase ni la etiqueta deben llevar imágenes de lactantes ni otras imágenes o textos que puedan idealizar la utilización de las preparaciones para lactantes” (ver www.ibfan-alc.org/nuestro_trabajo/archivo/codigo/codigo_internacional_1981.pdf).
Como podemos observar, el producto presenta evidentes violaciones al código.
Alguien que consume diario o frecuentemente este tipo de productos tiene un mucho mayor riesgo a padecer obesidad y diabetes [ver Vasanti S Malik, et. al. “Intake of sugar-sweetened beverages and weight gain: a systematic review”, descargar (PDF, 163 Kb)].
Además, se ha observado que los altos consumos de azúcar provoca adicción, por lo cual, una vez que se convierte en hábito, es mucho más difícil dejarla de consumir [ver Carlo Colantuoni, et. al. “Evidence That Intermittent, Excessive Sugar Intake Causes Endogenous Opioid Dependence”, descargar (PDF, 200 Kb)].
Los niños, particularmente durante el primer año de vida, constituyen una población muy vulnerable, pues su alimentación depende totalmente de la decisión de los adultos, quienes son influenciados por los profesionales de la salud, los medios de comunicación masivos y la industria procesadora de alimentos para niños lactantes.
Los sabores aprendidos durante esta etapa de la vida, hablando de sabores dulces o salados, perduran para el resto de la vida y pueden ser factores de riesgo para enfermedades como la obesidad, diabetes e hipertensión arterial y otras enfermedades crónicas.
Desde antes de nacer los infantes ya están expuestos a todo un ambiente de comercio y mercantilización.
La publicidad que se dirige, tanto a las madres como a los niños, es agresiva e inductiva.
Los tipos de alimentos que han de consumir los niños se publicitan en los diferentes espacios a los que están expuestos: televisión, escuelas, comunidad, hospitales, guarderías, parques.
Los alimentos que les promocionan son poco nutritivos y generan dependencia en su consumo.
Es importante que a los niños se les proteja de todo tipo de comercio y mercantilización, especialmente por su salud y alimentación.
Valoración general:
No recomendado para consumo habitual.
Se puede consumir sólo de manera muy esporádica o se podría tomar como un tipo de leche para la preparación de algún postre, dado sus altos contenidos de azúcar. Por eso mismo, no puede ser considerado como un producto saludable para consumo frecuente.
Alternativa:
Leche de vaca descremada*, de preferencia orgánica o bronca (bien hervida, desnatada y de una fuente higiénica), si es posible.
Nota: es importante estar alerta a los productos que se anuncian como saludables, ya que son más peligrosos dado que creemos que estamos consumiendo algo saludable y resulta que en realidad no lo es, sólo son engaños publicitarios. De esta manera, los consumidores no logramos detectar que dichos productos son nocivos para la salud. Es importante tener cuidado especialmente si hay alguna condición especial como diabetes o hipertensión. Los consumidores confiados en los etiquetados frontales y las leyendas más visibles frecuentemente hacemos caso a las promociones o a la información que más se resalta en los productos.
elpoderdelconsumidor
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